HISTORIA

lunes, 5 de mayo de 2008

el culto a la Santa muerte es mucho más viejo. Las raíces de la creencia datan de la época prehispánica, bajo el nombre de Mictecancuhtli y Mictecacihuatl como el dios y diosa de la muerte, la oscuridad y el Mictlan "la región de los muertos" (se manejaba un concepto de dualidad en la religión Mexica o azteca). A este lugar iban los hombres y mujeres que morían de causas naturales. Pero el camino no era fácil. Antes de presentarse ante el Señor y Señora de la muerte había que pasar numerosos obstáculos; piedras que chocan entre sí, desiertos y colinas, un cocodrilo llamado Xochitonal, viento de filosas piedras de obsidiana, y un caudaloso río que el muerto atravesaba con la ayuda de un perro que era sacrificado el día de su funeral (Xoloizcuintl). De esta rama se puede asociar el animismo prehispánico con el variado panteón de semidivinidades católico, al estilo de la santería cubana, que combina tradiciones animistas africanas con el catolicismo.
En la tradición, se le entregaba a los dueños del inframundo ofrendas. Este detalle es muy importante ya que con el tiempo estas ofrendas seguirán presentes en los altares de la Santa Muerte.
Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl fueron sin lugar a dudas las deidades a quienes se encomendaban a los muertos pero también eran invocados por todo aquel que deseaba el poder de la muerte. Su templo se encontraba en el centro ceremonial de la antigua ciudad de México-Tenochtitlan.
Algo de estas creencias prehispánicas aun es latente en la cultura popular mexicana como por ejemplo el 1 de noviembre o día de muertos cuando se festeja el día con los antepasados muertos, o la idea que a los muertos no hay que recordarlos con tristeza si no con alegría como ellos vivieron por lo que es muy popular el llevar música bailable a los entierros.

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